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A ver a ver, probemos
Qué tema
El del 40D
Por Emiliana Cortona
Antes de irse
El vuelo nocturno de Aerolíneas Argentinas no aterrizó. Giró y volvió a planear. Quedaban 48 horas de la última dictadura cívico-militar. A las 4:20 el silencio de la madrugada se interrumpió. Un kilo de trotyl estalló en el Barrio el Progreso, en Neuquén, y resonó hasta el aeropuerto.
El explosivo había sido meticulosamente colocado en la puerta de la parroquia “Nuestra Señora de Luján”. La onda expansiva avanzó vehemente, trizó vidrios, voló chapas, torció vigas y arrancó de cuajo el techo. Los cálculos resultaron acertados. La vibración del vuelo nocturno activó el explosivo y la bomba destruyó todo lo que encontró a su paso: paredes, bancos, ventanas, puertas y cristos crucificados.
Los vecinos y las vecinas se despertaron de sopetón. ¿Qué pasó? ¿Qué fue ese ruido?
La primera autoridad en llegar fue el jefe de la policía provincial Juan Carlos Barbosa. Después Alberto Fernández, ministro de Gobierno, Educación y Justicia; el gobernador de facto Domingo Trimarco y el gobernador electo, Felipe Sapag. Más tarde legisladores y curiosos.